miércoles, 28 de abril de 2010
lunes, 26 de abril de 2010
domingo, 25 de abril de 2010
Yo a favor, ella en contra: Mi reseña y la de @quieroposh sobre "El secreto de sus ojos" en http://ping.fm/Cuw8h
El Secreto de Sus Ojos (Juan José Campanella, 2009)
Por León Velázquez
La mujer corriendo tras el tren, el plano general sobre el estadio de futbol, el borracho de taberna, el misterio de detectives. Estos son algunos pocos de los clichés cinematográficos que emplea Juan José Campanella (El Hijo de la Novia) para crear la mejor película fuera de Hollywood (según Hollywood).
El recuerdo de un recuerdo
¿Cómo es que una colección de escenas ya vistas, resultó en esta extraordinaria película? Creo que la clave está en lo que le dice Morales a Espósito:
"Y ya no sé si es un recuerdo, o el recuerdo de un recuerdo lo que me va quedando, ¿se da cuenta?"
“El Secreto de Sus Ojos” es un interesante discurso que se emplea a sí mismo, para validar la tesis: Conforme pasa el tiempo, inevitablemente, un recuerdo termina siendo el recuerdo de un recuerdo.
Espósito es un viejo policía que se pone a recordar para escribir una historia que vivió 25 años atrás. Recuerda cosas como aquella vez que se fue. Recorrió el andén con paso triste. Subió al tren lentamente, se detuvo en el primer escalón. Volteó atrás y miró a la mujer que estaba dejando. Le miró los ojos en close-up, a pesar de que está bastante lejos de ella. Terminó de subir al tren y según tomó asiento, coreográficamente, el tren avanzó. Miró hacia afuera y descubrió que la mujer corría a su lado. Ella logró alcanzar el tren y sus manos se tocaron separadas por el vidrio de la ventanilla. El tren tomó velocidad, la mujer se quedó atrás, pero siguió corriendo hasta perderse de vista.
La (ridícula) escena es interrumpida salvajemente por otro recuerdo: la violación de una mujer. Igual de cinematográfico y cliché, radicalmente opuesto en contenido.
Después de esta sacudida, el ritmo de la película no para. Es ágil, divertida e interesante. Todo el tiempo, la historia la conocemos a través de los ojos del personaje principal, quien está escribiendo en 1999 acerca de lo que vivió en 1974. No hay narrador, el film es tal cual el recuerdo (el recuerdo de un recuerdo) de Espósito, claramente distorsionado por el tiempo. Una memoria que sí, se ha transformado en una serie de clichés románticos, pero ¿qué puede hacer? es lo único que tiene. Se apoya en su guapa ex-jefa Irene, pero ella no lo ayuda demasiado:
"Mi vida entera ha sido mirar para delante. Atrás no es mi jurisdicción. Me declaro incompetente"
Sus ojos
Los “ojos” a los que se refiere el título, son muchos ojos. Están los ojos del sospechoso del asesinato, están los ojos de los amantes que se gritan con las pupilas cuánto se desean. Los ojos del marido que busca venganza y habrán más ojos que descubrir con más visionados de la película.
Me quedo con los ojos del protagonista, viendo poco (o nada) a través del sucio cristal de la memoria, creando este recuerdo de sus recuerdos, con todas las concesiones formales que nos debe permitir la subjetividad.
"El Secreto de Sus Ojos" cierra el Festival de Cine Latinoamericano el domingo 25 de Abril de 2010 y se estrena en México el 28 de mayo de 2010.
sábado, 24 de abril de 2010
“La Teta Asustada” (Claudia Llosa, 2009)
“La Teta Asustada” (Claudia Llosa, 2009)
Con “La Teta Asustada”, Claudia Llosa hace un hoyo en la tierra (su tierra, el Perú), lo forra de plástico usado, lo llena de agua y de un clavado entra profundo a revisarse como persona, mujer y Peruana.
El resto del mundo tenemos la fortuna de que además, filmó este clavado con perfección estética, clase, elegancia y respeto.
Como todas las grandes películas, “La Teta Asustada” es muchas películas a la vez:
Primero y en el fondo, es una revisión sobre el horror y las consecuencias de la guerra.
Las consecuencias privadas que sufre Fausta, la protagonista debido al conflicto armado del Perú (entre 1980 y 2000) no son más que una metáfora de una herida seguramente abierta en el inconciente colectivo del país.
Las consecuencias de este horror son terribles, Fausta reacciona de forma impensable, salvaje. ¿Tiene otra opción? No. Si pudiera hacer otra cosa, la haría.
“¿Crees que me gusta vivir con miedo?” -pregunta Fausta a su tío. Su tío cree que sí. Él realmente cree que Fausta puede evitar sentir miedo.
Su tío se equivoca. Si Fausta pudiera evitar sentir miedo, no estaría atentando contra su propio cuerpo, contra su sexo y su intimidad.
“La Teta Asustada” también es un retrato honesto y sincero de Latinoamérica. Un retrato que hasta a los mismos latinoamericanos nos resulta tan novedoso como familiar.
Pero es ante todo, una obra de arte del más alto nivel. Su ejecución es de una excelencia que no se ve diario. Su cámara y sus actores se mueven con una gracia que contrasta inevitablemente con el kitsch del decorado, el vestuario y los personajes.
Está filmada con una reverencia que se contagia a la audiencia desde el momento en que la pantalla negra desaparece y desvela el close up de Perpetua, la anciana madre de Fausta, quien canta en primera persona las más horribles historias que puedas imaginar y nos introduce a este mundo de miedo y horror a través de la belleza de la imagen y el sonido.
Hay un respeto absoluto hacia la circunstancia de estas personas, a cuyas vidas nos acercamos con tanta naturalidad como con distancia. Vemos sus rituales, escuchamos su música, presenciamos su involuntario (mal) gusto por el exceso, al que dedican la poca plata que tienen aunque duerman bajo techos de lámina. Todo en tono de fascinación y no de extrañeza.
Antes, Alfonso Cuarón había logrado algo parecido, retratando México en “Y Tu Mamá También” (2001). El respeto y la clase con la que ambos cineastas capturan la escencia de Latinoamérica, es por lo menos, trascendente.
Ninguna es complaciente con su retrato, no hay maquillaje ni Photoshop, pero en cada plano, hay un cuidado extremo hacia la historia, los actores (los que no son actores), la locación.
Los barrios más pinches, los vestuarios más nacos, las fisonomías más alejadas del estándar Hollywood (y Televisa) son retratados por Llosa con un esmero profundo, dejando las imagenes más hermosas del año pasado -al menos las hechas con menos de 500 millones de dólares.
Hablada -y cantada- en Quechua y Español, “La Teta Asustada” es la película más trascendente del año pasado. Y por trascendente quiero decir “la mejor película del año”, porque creo que el objetivo último del cine, es trascender.
“La Teta Asustada” se proyecta el Sábado 24 de Abril de 2010, en elFestival de Cine Latinoamericano de Monterrey.
viernes, 23 de abril de 2010
martes, 20 de abril de 2010
domingo, 18 de abril de 2010
sábado, 17 de abril de 2010
lunes, 12 de abril de 2010
miércoles, 7 de abril de 2010
sábado, 3 de abril de 2010
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